sábado, 17 de diciembre de 2016



          
           HÁBITAT Y NICHO ECOLÓGICO 

                HÁBITAT
En el ecosistema, hábitat es el ambiente que ocupa una población biológica. Es el espacio que reúne las condiciones adecuadas para que la especie pueda residir y reproducirse, perpetuando su presencia. Así, un hábitat queda descrito por los rasgos que lo definen ecológicamente, distinguiéndolo de otros hábitats en los que las mismas especies no podrían encontrar acomodo.
El concepto de hábitat es utilizado por biólogos y ecólogos con una acepción, mientras que arquitectos y urbanistas lo hacen desde una visión antrópica. En el primer caso como el lugar con determinadas condiciones para que viva un determinado organismo o una población de una especie (siendo el término biotopo el análogo que corresponde a una comunidad vegetal o animal). En el segundo caso refiriéndose al espacio construido en el que vive el hombre.1 2 En este caso también se utiliza la expresión hábitat construido para diferenciarse del utilizado por la biología.
El Día Mundial del Hábitat es el primer lunes de octubre de cada año.3 Fue establecido por la ONU en 1985 para reconocer los avances que se logran en el hábitat humano haciendo especial acento en las ciudades, temas de género, la vivienda, el trabajo, entre otros.
Diversos conceptos
Existen por lo menos cuatro conceptos diferentes de «hábitat» en ecología. Tienen en común la definición explícita del término y la referencia espacial. El carácter explícito se refiere a que es imposible definir hábitats donde no existe un componente biótico. El segundo factor común es la referencia espacial, de lugar, del sitio donde aparece el elemento biótico. Las diferencias tienen que ver con los dos factores anteriores, si se hace referencia a una especie (o población) o a un conjunto de ellas, y si el espacio se define en términos de área rasa o si se incluyen una mayor cantidad de factores abióticos (climatologíatemperatura, etc).
Los hábitats del mundo
En cada región existen hábitats diferentes que cambian continuamente por el clima o por la influencia humana. En el mundo, hay tipos de hábitats que albergan variadas especies de animales y de vegetación. Para una bacteria, un charco en alguna ciudad puede ser su hábitat, para un león su pradera en el África, también pasando por un oso en una montaña de Norteamérica o una serpiente en un pantano de Asia. Todos éstos son hábitats de varios ecosistemas que pertenecen a un lugar específico, en el cual el clima determina y hace posible que la vida animal y vegetal se reproduzca de una manera particular y estable en la cual se den las condiciones para que la vida se produzca y reproduzca.
El uso del término en ciencias biológicas aparece a comienzos del siglo XX dentro de la comunidad de zoólogos de la época, para denominar el “lebensraum” (‘hábitat’, en alemán) o habitación de una especie; es decir, el espacio donde ésta vive (no confundir el concepto de hábitat con el neologismo lebensraum adoptado en sociología). El concepto naturalista-biológico hace referencia estrictamente al emplazamiento geográfico donde se encuentra determinada especie y a su área de distribución. Podría definirse como el lugar donde un organismo (planta o animal) vive naturalmente. Es un concepto sencillo y claro, fácil de entender e interpretar y no presenta mayor ambigüedad. Sin embargo, para casos como los de especies migratorias y/o con ciclos de desarrollo y reproducción en lugares diferentes, la definición espacial puede no ser una tarea sencilla. En dichos casos, para mantenerse dentro del concepto, se hace referencia a tipos de hábitats complejos.
Con el desarrollo de la teoría ecológica, se incorpora una dimensión ambiental más a este primer concepto y se introducen como parte fundamental de la definición los factores abióticos convirtiéndose en el espacio que reúne las características físicas y biológicas necesarias para la supervivencia y reproducción de una especie.
Esta segunda definición se refiere directamente a las condiciones bióticas y abióticas presentes en un determinado espacio, aptas para una determinada especie. Libera al concepto de la estricta presencia de la especie para limitar este espacio, ya que se define sólo en términos de sus requerimientos ambientales. Ya no es la distribución real de la especie la determinante sino el espacio que llena las condiciones para que ésta ocurra; este espacio se divide pues en hábitat real y hábitat potencial.
Estos dos conceptos de hábitat son monoespecíficos y limitados al manejo de problemas autoecológicos; sólo marginalmente puede abordarse con ellos enfoques sinecológicos. Desde la perspectiva de la conservación son especialmente prácticos, aplicados, por ejemplo, a problemáticas puntuales de especies amenazadas o en peligro de extinción. Sin embargo, en los estudios más generales, holistas o a mayor escala ecológica las dos definiciones previas pueden ser insuficientes o inadaptadas. Así se llega a un tercer concepto, que se desmarca de los anteriores al integrar ya no una sino varias especies en su definición explícita para conformarse más en una unidad ambiental, discernible de otras unidades. Se habla entonces de hábitat en términos del espacio que comparten varias especies caracterizado por cierta uniformidad de las condiciones bióticas y abióticas. Considera entonces características ambientales adecuadas (óptimas) no sólo para una especie sino para varias. En este caso, es la biocenosis la que define el hábitat; lo que introduce la necesidad de uniformidad. Los diferentes hábitats son detectados o identificados por el cambio o la modificación de esa uniformidad.
Ligar el concepto de hábitat al de biocenosis comporta algunas características especialmente prácticas, con respecto a las otras dos definiciones:
  • Espacialmente único: un mismo espacio no puede corresponder a dos hábitats distintos en un mismo tiempo.
  • Ambientalmente uniforme: su definición explícita es multiespecífica, y por tanto es poco sensible a especies con ciclos de vida complejos.
  • Especies estructuradoras: en el conjunto de especies que conforman el componente biótico se definen como aquéllas a las cuales está supeditada la presencia de las demás.
El hábitat puede ser definido solamente a partir del conjunto de especies estructuradoras o poblamientos. Es decir que es independiente del nivel de organización del componente biótico. Este concepto de hábitat puede confundirse con el de biotopo; sin embargo, en general, este último se refiere específicamente al espacio topográfico que ocupan las diferentes comunidades biológicas.
Es posible subdividir un hábitat en diversos microhábitats, o porciones del espacio del hábitat, que siempre van juntos.
Hábitat en la arquitectura y el urbanismo
El control del entorno y la creación de condiciones adecuadas a sus necesidades y al desarrollo de sus actividades son cuestiones que el hombre se ha planteado desde sus orígenes.
El diseño de la vivienda a lo largo de la historia refleja las diferentes soluciones adoptadas en cada período frente al problema de proveerse de un entorno pequeño y controlado, dentro del amplio espacio natural, generalmente castigado por factores adversos tales como el frío, el calor, el viento, las lluvias y el sol.
La adaptación humana al medio ambiente era y sigue siendo un principio esencial en el mundo de la arquitectura. Vitrubio dijo en De Arquitectura: " El estilo de los edificios debe ser manifiestamente diferentes en Egipto que en España, en Pontus y en Roma, y en países y regiones de características diferentes" haciendo referencia a que cada zona tiene un clima diferente y por lo tanto la construcción en cada zona tiene que seguir las condiciones más adaptables a su entorno.
Los arquitectos para diferenciarse de la acepción biológica han acuñado el término Hábitat construido con el fin de clarificar la opción antrópica.
Clases de hábitats
Los hábitats se clasifican en hábitats terrestres, hábitats marinos y hábitats de aguas continentales.
Un hábitat terrestre es un hábitat que presenta oxígeno en el que existe la posibilidad de un cambio brusco de temperatura/cambio meteorológico. Está sobre la superficie terrestre (Geosfera).
Un hábitat marino es un hábitat situado en aguas marinas, en océanos y mares, (Hidrosfera). La luz sólo abarca os primeros 50-100 metros bajo superficie, la temperatura no varía bruscamente y los seres vivos están completamente adaptados a la salinidad marina.
Un hábitat de agua continental resulta una cantidad de agua parada o en movimiento alejadas de territorio marítimo. Allí la temperatura no cambia bruscamente y la claridad y la luminosidad en el interior del agua dependen de la turbidez del agua.
Los biomas responden a ciertas características climatológicasambientales y geográficas. De esta manera, se han formado diferentes tipos de biomas, como los siguientes (las columnas están Bosque Desierto Montaña Sabana  Altiplano Marisma Quebrada Lago Pantano Río Arrecife de coral Océao Playa


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NICHO ECOLÓGICO
Dos líquenes en una roca en dos nichos ecológicos distintos.
En ecología, un nicho es un término que describe la posición relacional de una especie o población en un ecosistema.1 En otras palabras, cuando hablamos de nicho ecológico, nos referimos a la «ocupación» o a la función que desempeña cierto individuo dentro de una comunidad. Es el hábitat compartido por varias especies. Por ejemplo, el nicho ecológico de las ardillas es el de los animales que habitan en los árboles y se alimentan de frutos secos.1
El concepto formal de nicho incluye todos los factores bióticos, abióticos y antrópicos con los que el organismo se relaciona. Es la posición relacional de una especie o población. Formalmente, el nicho ha sido descrito como un hipervolumen de n dimensiones, donde cada dimensión corresponde a los factores antes descritos. De esta forma, el nicho involucra a todos los recursos presentes del ambiente, las adaptaciones del organismo a estudiar y cómo se relacionan estos dos (nivel de adaptación, eficiencia de consumo, etc.). El nicho ecológico permite que en un área determinada convivan muchas especies, herbívoras, carnívoras u omnívoras, habiéndose especializado cada una de ellas en una determinada planta o presa, sin ser competencia una de otras.1
El nicho influye de varias maneras, por ejemplo: cómo una población responde a la abundancia de sus recursos y enemigos (por ejemplo, creciendo cuando abundan los recursos y escasean los predadoresparásitos y patógenos) y cómo esa población afecta a esos mismos factores (por ejemplo, reduciendo la abundancia de recursos por la vía del consumo y contribuyendo al crecimiento de la población al caer presa de ellos).1

Sin embargo, el uso de los recursos es mermado frente a la existencia de otras especies que los utilizan. De ahí que el nicho se relacione con el concepto de competencia interespecífica. Es decir, el uso de recursos por parte de una especie interferirá con el nicho de otra especie que usa el mismo recurso, lo que lleva a que sus nichos individuales se solapen. 
         



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                  COMENSALISMO Y PARASITISMO


          COMENSALISMO

Se conoce como comensalismo a un tipo de interacción que se da en la biología, donde una de las partes obtiene algún beneficio y la otra no sale favorecida, pero tampoco resulta perjudicada. El concepto procede de la expresión latina con mensa, que puede traducirse como “compartiendo mesa”.

La utilización original del término, por lo tanto, está vinculada a la relación que surge cuando los animales carroñeros persiguen a las especies de caza para comer las sobras que dejan éstas. El primer grupo, en definitiva, saca provecho de los recursos sobrantes de la segunda población.
Un claro ejemplo de comensalismo partiendo de dicha acepción y explicación es el que se establece entre los leones y los buitres que habitan en una zona concreta. Así, las mencionadas aves carroñeras lo que hacen es alimentarse de los restos de los cuerpos de animales que son asesinados y devorados por los citados felinos.
No obstante, cuando se habla de este tipo de relación entre especies animales lo frecuente es poner como ejemplo la que se establece entre los tiburones y las rémoras. Estas últimas son unos peces que cuentan con una ventosa en su extremidad superior y es la que aprovechan para adherirse a los cuerpos de los propios tiburones que en absoluto notan su presencia. De esta manera, dichas rémoras se alimentan de los restos de comida de aquellos.
Otro tipo de comensalismo es el inquilinismo. Esta relación implica a un organismo que se hospeda en otro, como el pájaro carpintero que agujerea los árboles para tener su refugio.
Otro de los ejemplos más habituales de inquilinismo es el que se da en las madrigueras de ratones del campo. Unos espacios donde además de estos roedores también viven insectos de diversa tipología que lo hacen es alimentarse de las raíces que allí crecen y de los residuos que quedan de los alimentos que toman los dueños de estos “hogares”.
La foresis, por otra parte, es la utilización de un segundo ser vivo como medio de transporte. Un ejemplo de este tipo de comensalismo ocurre con los peces que se desplazan sobre un tiburón.
En el caso de la metabiosis (también conocida como tanotocresia), el vínculo entre ambos organismos es indirecto, ya que uno utiliza algo del otro pero sólo después del fallecimiento del organismo en cuestión, como el cangrejo ermitaño que emplea la concha de caracol como protección.
Cabe destacar que existen otras interacciones biológicas más allá del comensalismo. En este sentido puede hablarse del parasitismo (con un organismo que incrementa su aptitud de reproducción a partir del detrimento de la aptitud reproductiva de otro) o mutualismo (un vínculo donde ambas especies incrementan su aptitud biológica).
De la misma forma también tenemos que hacer una especial mención a lo que se conoce como amensalismo. En este caso, la relación que se produce entre dos seres vivos es desproporcionada pues uno de ellos se ve perjudicado en esta interacción mientras que el otro no se ve afectado en absoluto. Este sería el caso, por ejemplo, de aquellos árboles que impiden que la luz del Sol llegue a las hierbas que crecen junto a ellos.


            
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                PARASITISMO

El parasitismo es el tipo de asociación y el modo de vida propios de los parásitos. Estos organismos viven a costa de otras especies, de las cuales se alimentan sin llegar a la matarlas.

Con el parasitismo, una de las especies (que actúa como hospedador o huésped) sufre una debilitación de su aptitud reproductiva ante la acción de la otra especie (el parásito), que se beneficia logrando mejorar su propia aptitud reproductiva.
Los parásitos pueden vivir en el interior del hospedador y recibir el nombre de endoparásitos, o residir en el exterior y conocerse como ectoparásitos. Los parásitos que finalmente matan al hospedador se denominan parasitoides.
El parasitismo puede definirse como un proceso que permite a una especie mejorar su capacidad de supervivencia a costa de otra, a quien utiliza para satisfacer sus necesidades básicas. Es importante destacar que la especie que actúa como huésped se ve perjudicada por esta interacción.
A lo largo de las distintas generaciones, la especie parásita termina produciendo transformaciones morfológicas y fisiológicas ya que la interacción queda establecida a partir de la selección natural.
Los propios parásitos pueden convertirse, a su vez, en huésped de una tercera especie, que recibe la denominación de hiperparásito. Se produce, en estos casos, una especie de cadena, donde el hiperparásito explota al parásito, y el parásito hace lo propio con el hospedador.
Los organismos huéspedes suelen desarrollar mecanismos de defensa para evitar el accionar de los parásitos. Ese el caso de las plantas que producen toxinas para disuadir a los hongos parásitos.
Más allá de la biología, se conoce como parasitismo al hábito de aquél que vive a costa de otra persona. Por ejemplo: “Estoy harto del parasitismo de Hugo: si no busca trabajo, lo echaré de la casa”.
Los parásitos y la evolución
Cuando se habla de parásitos, el foco suele centrarse en el daño que éstos causan en sus anfitriones y en su inevitable adaptación a la respuesta inmunitaria. Sin embargo, los hospedadores también deben aprender a convivir con sus pequeños invasores, dado que ellos colaboran con la selección natural; en otras palabras, la población parásita y los organismos en los que residen evolucionan paralelamente.
Este fenómeno tan destacable del parasitismo nos brinda las herramientas para entender, por ejemplo, la mayor frecuencia de aparición del gen de la anemia drepanocítica en las regiones endémicas de malaria. Por lo general, los parásitos escogen a sus anfitriones muy cuidadosamente y en la mayoría de los casos solamente se relacionan con una especie en particular. Además, prácticamente todos los seres vivos, independientemente de su tamaño (incluso los microscópicos), cuentan con un parásito que no comparten con el resto.
Si a esto se suma el hecho de que algunos parásitos son anfitriones de otros, como ocurre en el caso del hiperparasitismo, es correcto decir que la proporción de parásitos en la flora y fauna a nivel mundial es realmente muy elevada.
Cabe mencionar que existe una razón muy concreta para que los parásitos no lleguen a matar a sus huéspedes, y es que dependen de ellos para seguir existiendo y evolucionando. A través de dicha evolución, por ejemplo, la mayoría de los agentes biológicos patógenos (aquéllos capaces de provocar daños o enfermedades en los organismos en los que se alojan, sean éstos animales o vegetales) acaban convirtiéndose en parásitos.
Cuando el lazo entre ambas partes es muy estrecho, puede darse que ambos experimenten un fenómeno denominado coespeciación, mediante el cual el parásito puede buscar una pareja para procrear en el cuerpo del individuo con el cual se aparee su huésped. Se han estudiado casos, como el del virus espumoso de los simios, en los cuales esta relación ha durado millones de años, y es por eso que su observación resulta esencial para la biología.


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      COMPETENCIA Y DEPREDACIÓN

COMPETENCIA
La competencia es una interacción biológica entre seres vivos en la cual la aptitud o adecuación biológica de uno es reducida a consecuencia de la presencia del otro. Existe una limitación de la cantidad de por lo menos un recurso usado por ambos organismos o especies; tal recurso puede ser alimento, agua, territorio, parejas.               
 La competencia tanto dentro de una especie como entre especies diferentes es un tema importante en ecología, especialmente de ecología de comunidades. La competencia es uno de varios factores bióticos y abióticos que afectan la estructura de las comunidades ecológicas. La competencia entre miembros de la misma especie se llama competencia intraespecífica y la que tiene lugar entre miembros de diferentes especies es competencia interespecífica. La competencia no siempre es un fenómeno simple y directo y puede ocurrir en formas indirectas. Según el principio de exclusión competitiva las especies menos aptas para competir deben adaptarse o, de lo contrario, se extinguen. De acuerdo a la teoría de la evolución la competencia dentro de una especie y entre especies juega un papel fundamental en la selección natural.  

         TIPOS DE COMPETENCIA   POR MECANISMO

Los términos siguientes describen los mecanismos biológicos por los cuales tiene lugar la competencia. Estos mecanismos pueden ser tanto directos como indirectos y se aplican tanto a la competencia intraespecífica como interespecífica:
·         Competencia por interferencia: sucede cuando un individuo interfiere directamente en la obtención de alimento, supervivencia, reproducción de otros por medio actos de agresión o de otro tipo, o cuando directamente impide su establecimiento en una porción del hábitat.
·         Competencia por explotación: ocurre de forma indirecta cuando se compite por el consumo de un recurso limitado común que actúa como un intermediario. Así el uso del recurso por unos causa la escasez para otros, también se produce con la competencia por el espacio que deja sin espacio vital a uno de los competidores.
·         Competencia evidente: es una interacción indirecta entre dos especies que, por ejemplo, son presas de un depredador común. En tal caso hay competencia por el espacio libre de depredadores.
Por especies
·         Competencia intraespecífica: La competencia intraespecífica ocurre cuando los miembros de la misma población necesitan hacer uso del mismo recurso de un ecosistema. Por ejemplo entre animales de la misma especie que viven en un mismo territorio en un mismo momento de tiempo y que compiten por territorio, apareamiento o sitio de nidada. Es común que los leones maten a las crías de machos diferentes para convertirse en los machos dominantes. Entre los ciervos, muchos pelean con sus astas para obtener el derecho a aparearse.
·         Competencia interespecífica: La competencia interespecífica ocurre entre individuos de diferentes especies que comparten un recurso común en la misma área. Si el recurso no es suficiente para mantener ambas poblaciones, el resultado es una reducción en la fertilidad, el crecimiento y la supervivencia de una o más especies. La competencia interespecífica puede alterar las poblaciones, las comunidades y la evolución de las especies involucradas.
Como la competencia intraespecífica, la competencia interespecífica toma dos formas: explotación e interferencia. Como alternativas a esta clasificación dicotómica simple de interacciones competitivas, Thomas Schoener de la Universidad de California en Davis propuso que seis tipos diferentes de interacciones son suficientes para responder a la mayoría de los casos de competencia interespecífica: (1) consumo, (2) prevención, (3) superposición, (4) interacción química, (5) territorial y (6) encuentro.
La competencia por el consumo ocurre cuando los individuos de una especie inhiben a los individuos de otra mediante el consumo de un recurso compartido. La competencia preventiva ocurre principalmente entre organismos sésiles, como los crustáceos percebes, donde la ocupación por parte de un individuo excluye el establecimiento por parte de otros. La competencia por superposición ocurre cuando un organismo literalmente crece sobre otro (con o sin contacto físico), inhibibiendo el acceso a algún recurso esencial. En las interacciones químicas los inhibidores de crecimiento químico o toxinas liberados por un individuo inhiben o matan a otras especies. La competencia territorial resulta de la exclusión conductual de otras especies de un espacio concreto que se define como un territorio y la competencia de encuentro se produce cuando las agrupaciones no territoriales entre individuos provocan un efecto negativo en una de las especies participantes o en ambas.
Entre las plantas, muchas compiten por ser las más altas y obtener luz, o por llegar con sus raíces a mayores profundidades para obtener los nutrientes. Este tipo de competencia puede ser tanto intra como interespecífica.

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                           DEPREDACIÓN
En ecología, la depredación es un tipo de interacción biológica en la que un individuo de una especie animal (el predador o depredador) caza a otro individuo (la presa) para subsistir. Un mismo individuo puede ser depredador de algunos animales y a su vez presa de otros, aunque en todos los casos el predador es carnívoro. Esta interacción ocupa un rol importante en la selección natural.
En la depredación hay un individuo perjudicado que es la presa y otro que es beneficiado el depredador , pasando la energía en el sentido presa a depredador. Sin embargo, hay que resaltar que tanto los depredadores controlan el número de individuos que componen la especie presa, como las presas controlan el número de individuos que componen la especie depredadora; por ejemplo, la relación entre el león y la cebra.
Otro ejemplo de esta relación muy especial entre estos depredadores y el ecosistema es que los depredadores, al controlar el número de individuos de una especie, pueden proteger al ecosistema de ser sacado de balance, ya que si una especie se reprodujera sin control podría acabar con el balance de dicho ecosistema. Por ejemplo: el águila y la serpiente se alimentan de ratones, y éstos a su vez se alimentan de determinados tipos de plantas; si uno de los depredadores se extinguiera el otro no podría disminuir la población de esos roedores y esto disminuiría la población de plantas.
Una forma particular de depredación la constituye el parasitismo, en el cual un organismo se alimenta de otro, desarrollando un vínculo muy fuerte con él. Un parásito suele iniciar dicha relación con un único organismo huésped en su vida, o bien con unos pocos (véase cadena trófica)
Defensas contra los depredadores
Las especies animales han desarrollado una amplia variedad de características que funcionan para evitar su detección, selección y captura. Estas características se denominan en conjunto «defensas frente a la depredación».
Las defensas químicas se han diseminado entre muchos grupos de animales. Muchos artrópodos poseen sustancias tóxicas, las que son adquiridas de las plantas que consumen y almacenan en sus propios cuerpos, mientras que otros artrópodos sintetizan sus propios venenos. La coloración críptica incluye colores y patrones que permiten que la presa se mezcle con el fondo. Esta coloración protectora es común en peces, reptiles y muchas aves que hacen sus nidos en el suelo. La coloración destellante se encuentra asociada con la coloración críptica; esta puede distraer y desorientar a los depredadores. Algunos animales que comparten el hábitat con especies no comestibles, a menudo evolucionan con una coloración que se asemeja o imita la coloración de la especie tóxica. Este tipo de mimetismo se denomina mimetismo batesiano, que debe su nombre al naturalista inglés Henry Walter Bates



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Relación intraespecífica
La relación intraespecífica es la interacción biológica en la que los organismos que intervienen pertenecen a la misma especie. Este tipo de relaciones se considera que se presentan en una población.
Las relaciones intraespecíficas se dividen en:
  • territorialidad;
  • competencia entre individuos;
  • asociación de individuos.1
La competencia intraespecífica se produce cuando dos individuos compiten por:
  • los recursos del medio ambiente (una zona del territorio, los nutrientes del suelo);
  • la reproducción (luchando por el sexo opuesto);
  • la dominancia territorial (un individuo se impone a los demás).
La asociación en grupos de individuos se produce para obtener determinados beneficios como:
  • mayor facilidad para la caza y la obtención de alimento;
  • la defensa frente a los depredadores de la especie;
  • la reproducción por proximidad de los sexos en el grupo;
  • el cuidado y protección de las crías.
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Relación interespecífica
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada. Este aviso fue puesto el 24 de junio de 2014.
Puedes añadirlas o avisar al autor principal del artículo en su página de discusión pegando: Una relación interespecífica es la interacción que tiene lugar en una comunidad entre dos o más individuos de especies diferentes, dentro de un ecosistema. Las relaciones interespecíficas son relaciones ambientales que se establecen entre los organismos de la biocenosis.

En los ecosistemas se establecen relaciones alimentarias entre las distintas poblaciones. Los productores son los vegetales, organismos capaces de producir su propio alimento mediante el proceso de fotosíntesis; no necesitan comer a otros seres vivos. Los animales no pueden fabricar su alimento, deben alimentarse de otros seres vivos. Por esta razón, son llamados consumidores. Los consumidores primarios, llamados herbívoros, comen vegetales. Los consumidores que comen a otros animales pueden ser secundarios, terciarios, cuaternarios e incluso, en casos extremos, quíntuples.
Cuando los organismos vivos mueren, o las plantas pierden hojas y flores, estos desechos son transformados en materiales más sencillos que retornan al suelo y pueden ser utilizados nuevamente. Los descomponedores, como algunos hongos y bacterias, se alimentan de estos restos. Si no existieran los descomponedores en las redes alimentarías, la Tierra se llenaría de plantas y animales muertos. Los hongos y las bacterias transforman los desechos en sales minerales, agua y dióxido de carbono, que luego los vegetales pueden aprovechar para realizar la fotosíntesis. Las cadenas alimentarías indican qué seres vivos se alimentan de otros que habitan el mismo ecosistema. Pero como un animal presenta una alimentación variada y al mismo tiempo puede ser comido por otros animales, se establece una relación compleja de alimentación dentro del ecosistema que se denomina red alimentaria.
Los seres vivos que habitan los ecosistemas se relacionan de diferentes maneras: Cuando las relaciones se establecen entre organismos de una misma especie, se llaman intraespecíficas. La unión de machos y hembras para reproducirse, o para alimentar y proteger a las crías son ejemplos de relaciones dentro de una misma especie.
Las relaciones interespecíficas son las que se establecen entre especies diferentes de una comunidad, por ejemplo dos o más especies animales competir por la misma presa para alimentarse. La relación de competencia por el alimento y el espacio se produce entre individuos de la misma especie o de diferentes especies.
Las principales relaciones interespecíficas son las siguientes (se indica con un signo "(+)" si una especie sale beneficiada de la relación, con un signo "(-)" si sale perjudicada y con un "(0)" si la relación le es indiferente).
 Relaciones interespecificas beneficiosas
Mutualismo: Es la interacción entre individuos de diferentes especies en donde ambos se benefician. Por ejemplo: es el caso de ciertos pájaros que se posan sobre el lomo de vacas y caballos y picotean sus piojos, pulgas y garrapatas. Así, las aves se benefician porque se alimentan; mientras las vacas y los caballos se liberan de los molestos parásitos. Es muy ventajosa.
Comensalismo: Interacción biológica en la que uno de los intervinientes obtiene un beneficio, mientras que el otro no se ve ni perjudicado ni beneficiado.
Protocooperación: Se produce cuando dos organismos o poblaciones se benefician mutuamente, pero esta condición no es esencial para la vida de ambos, ya que pueden vivir de forma separada. Esta interacción puede ocurrir incluso entre diferentes reinos como es el caso de los animales polinizadores o los dispensadores de semillas. Es el caso de las garcillas bueyeras que se alimentan a la vez que libran a los búfalos de parásitos.
Simbiosis: La vida en conjunción de dos organismos distintos, normalmente en íntima asociación, y por lo general, con efectos benéficos para al menos uno de ellos. Por ejemplo: Muchas raíces de árboles aprovechan el poder de absorción de un hongo para obtener los nutrientes que necesita la planta, que a su vez produce las sustancias que necesitan los hongos para desarrollarse.

Relaciones interespecíficas perjudiciales o antibiosis
Artículo principal: Antibiosis
Parasitismo: ocurre cuando una especie obtiene el beneficio de otra perjudicándole o causándole algún daño. Por ejemplo: esto es lo que pasa con el mosquito, que al succionar nuestra sangre nos perjudica a nosotros mientras el mosquito se beneficia.
Depredación: Se basa en la alimentación, en la cual los individuos de una especie (depredadores) cazan a los de otra (presas). En la depredación se beneficia el depredador, y se daña la presa. Por ejemplo: el águila y la serpiente se alimentan de ratones, y éstos a su vez se alimentan de determinados tipos de plantas; si uno de los depredadores se extinguiera el otro no podría disminuir la población de esos roedores y esto disminuiría la población de plantas.
Competencia: Es cuando individuos de diferentes especies aprovechan recursos de un mismo ambiente. Como alimento, agua, espacio, luz, etc. En este caso se perjudican los dos, porque limitan el acceso a estos recursos. Por ejemplo: algunas especies de anémonas de mar compiten por el espacio disponible.
Inquilinismo: Un individuo se refugia en el cuerpo o algún resto de otro, beneficiándose el inquilino y el otro individuo no se beneficia ni perjudica. Por ejemplo: el cangrejo ermitaño habita en las conchas vacías de los caracoles. Al hacer esto, el cangrejo se beneficia pero al caracol ni le beneficia ni le perjudica en nada.

Herbivorismo: Los animales herbívoros se alimentan a partir de materia de organismos vegetales.

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