POBLAMIENTO DE AMÉRICA
El estrecho de Bering separa
América de Asia. La teoría más aceptada indica que por allí entraron los
primeros hombres que llegaron a América.
El poblamiento de América es el proceso por el cual se diseminó la especie humana en el continente americano. Los
científicos no dudan de que los seres humanos no son originarios de América y
está claro que fue poblada por humanos provenientes de otro lugar. La evidencia paleoantropológica apoya
la hipótesis de que los primeros pobladores llegaron a América procedentes de Siberia, en el extremo noreste de Asia.
Desde el punto de vista de la teoría del poblamiento tardío,
los paleoamericanos entraron al
continente durante la última glaciación, que permitió el paso hacia el Nuevo
Mundo a través de Beringia. Este evento ocurrió entre
14 000 y 13 000 años a.C. Por otro lado, la teoría del poblamiento temprano dice
que los humanos llegaron a América mucho antes, basados en el descubrimiento de
restos cuya datación por carbono 14 da
una antigüedad mayor de 14 000 años a. C. A la investigación
paleoantropológica se suma la información producida por la genética, que ha servido para reforzar algunas conjeturas
sobre el origen de los americanos.
En general, se considera que la mayor parte de los indígenas americanos son
descendientes de un grupo único proveniente del noreste o el oriente de Asia.
Los pueblos de habla na-dené son
descendientes de una segunda ola migratoria que se estableció en el norte de
América, mientras que los esquimales llegaron al continente en el flujo migratorio
más reciente.Después de que los paleoamericanos entrasen al
continente, el paso de Beringia fue cubierto nuevamente por el mar, de modo que
quedaron prácticamente aislados del resto de la humanidad. Salvo la
ininterrumpida comunicación entre esquimales y paleoesquimales de Alaska y Siberia y el caso de una breve colonización vikinga en
la costa de Canadá y Groenlandia, no hay pruebas contundentes que respalden un
contacto transoceánico entre la América precolombina y el resto del mundo.
Después del contacto colombino se plantearon algunas conjeturas para
explicar el origen de los indígenas americanos, por ejemplo, mediante el mito
de la Atlántida o de las tribus perdidas de Israel.
El avance de la investigación científica permitió demostrar que no había
relación material entre el origen de los amerindios y esas creencias, por lo
que esas antiguas hipótesis quedaron descartadas.
Relatos indígenas
Desde antes de 1492 las culturas aborígenes de las Américas construyeron tanto mitos de origen, como relatos de migraciones y acontecimientos históricos, diferentes entre
una y otra cultura. Las culturas mesoamericanas consideraban que la presencia
humana en el continente americano era muy anterior al que suponían los europeos.
La civilización Maya tenía registros históricos
escritos al menos desde agosto de 3114 a. C. Otras culturas, como la zapoteca, tenía registros escritos de hechos históricos que se
remontaban al año 500 a. C. Por mucho tiempo,
sin embargo se dejó de tener acceso a esos conocimientos de las civilizaciones mesoamericanas y se ignoró la existencia de estos
registros hasta el siglo XX.
Polémica europea
Los europeos intentaron buscar explicaciones para el origen de los seres
humanos con los que se estaban encontrando. Alejo Venegas opinó que provenían de navegantes cartagineses. Agustín de Zárate consideró
que los indígenas podían haber llegado pasando por la Atlántida, antes de que se hundiera según los relatos de Platón. Sin embargo, la mayoría de las primeras
explicaciones fueron religiosas, por ejemplo varios autores europeos pensaron
que los pobladores de América provenían de las tribus perdidas de Israel.
El sacerdote Miguel Cabello Valboa, malagueño, consideró que los aborígenes americanos descendían
del patriarca Ofir (Génesis 10:29) e identificó
América con el reino de ese nombre, rico en oro, mencionado en la Biblia (1Reyes 9:28). La idea de situar Ofir en
las Antillas fue sugerida por Cristobal Colón, apareció como nota la margen en la edición de
1540 de Robert Estienne de la
Biblia y fue expuesta, entre otros, por Pedro Mártir de Anglería en
1526.La identificación de Ofir con el Perú fue
sustentada por el teólogo español Benito Arias Montano en
1572 y por el erudito Johannes Goropius Becanus en
1580.
El naturalista José de Acosta, sacerdote jesuita, fue el primero en abordar científicamente el
poblamiento de América a partir de los descubrimientos geográficos que
indicaban que la distancia entre Asia y América por el norte es pequeña y los
dos continentes están separados apenas por un brazo de mar. Acosta descartó
explícitamente la hipótesis sobre el paso por el continente perdido de la Atlántida y añadió además que las tierras desconocidas
donde según el Apocalipsis de Esdras fueron
llevadas las tribus cautivas de Israel, "no tienen mayor relación con
América que la encantada y fabulosa Atlántida". Acosta demostró que no solamente seres humanos
transitaron entre los dos continentes, sino también varias especies animales.
Continuando con una visión científica Fray Gregorio García, hizo
una detallada exposición de las diferentes hipótesis conocidas sobre el
poblamiento de América, por tierra o por mar. Para él, los indígenas provenían
de Asia, de China o Tartaria, dadas las semejanzas físicas entre los habitantes de
unos y otro continente.
En contraste, en 1650, James Ussher estableció, basado en la Biblia, que las tribus perdidas abandonaron Israel en el año 721 a. C. y, sobre esa base, la cultura europea
sostuvo que América había sido poblada alrededor del año 500 a. C. También tratando de apoyarse en la
Biblia, el sacerdote sevillano Diego Andrés Rocha, que
vivió desde niño en el Perú, expuso la teoría según la cual el continente
americano fue poblado por descendientes de Túbal (hijo de Jafet, Génesis 10:2-5), una parte
de los cuales habría poblado España, otra parte la Atlántida y la otra a través
de esa hipotética isla, antes de que se hundiera, habría llegado a América.
Rocha complementó su teoría con la comparación entre los conquistadores
españoles y Moisés.
Charles Abbott
En 1876, Charles Abbott, un médico
norteamericano, encontró unas herramientas de piedra en su granja de Delaware. Debido a las características toscas de los
instrumentos, pensó que podrían pertenecer a los antepasados remotos de las
culturas indígenas modernas. Debido a ello, consultó con un geólogo de Harvard, quien estimó en
10.000 años de antigüedad la grava que se encontraba alrededor del hallazgo.
Abbott sostuvo entonces que se trataba de un asentamiento humano del Pleistoceno, es decir, muchos miles de años más antiguo de lo
que establecían las teorías bíblicas dominantes.
La teoría de Abbott fue rechazada por las jerarquías cristianas por oponerse a la Biblia y por la comunidad
científica organizada por el Instituto Smithsoniano por no cumplir con los
estándares científicos que exigía. Entre los científicos que rechazaron la
hipótesis de Abbott se encontraban Aleš Hrdlička y William Henry
Holmes. En la actualidad se ha comprobado que Abbott tenía razón en
muchas de sus hipótesis y la granja ha sido declarada Monumento Histórico Nacional.
El descubrimiento del yacimiento de Folsom
En 1908, George McJunkin encontró unos enormes huesos en un
barranco de la aldea Folsom, Nuevo México. McJunkin, un esclavo liberado por la Guerra Civil estadounidense,
era geólogo, astrónomo, naturalista e historiador aficionado y durante años
intentó llamar la atención de los vecinos de Folsom sobre la probable
antigüedad de los huesos. En 1926,
cuatro años después de la muerte de McJunkin, el director del Museo de Historia
Natural de Colorado, Jesse D. Figgins,
se enteró del lugar y descubrió varias puntas de flecha de un estilo muy
refinado que luego volverían a encontrarse en Clovis y otros yacimientos. Una
de ellas estaba incrustada en la tierra que rodeaba al hueso de un ejemplar de
bisonte extinto miles de años atrás.
Figgins llevó las puntas de lanza a Washington DC para enseñárselas a Aleš Hrdlička, en el Instituto Smithsoniano,
quien si bien lo trató cortésmente y le sugirió una serie de reglas metódicas
para el caso de nuevos descubrimientos, se mantuvo sumamente escéptico y
consideró hasta el fin de su vida que Folsom no constituía una prueba
concluyente de que América hubiera estado poblada durante el Pleistoceno.En agosto de 1927, el equipo de Figgins encontró una punta de lanza ubicada
entre dos costillas de bisonte. Figgins envió un telegrama y tres
científicos viajaron para ser testigos del hecho, e informar de la seriedad del
hallazgo. En ese momento, la comunidad científica norteamericana comenzó a
aceptar la importancia del yacimiento de Folsom.15 Han sido datados en 10.285 años a.P.
El descubrimiento de la cultura Clovis
La típica punta Clovis.
En 1929, Ridgely Whiteman, un joven indígena de 19 años que venía
siguiendo las investigaciones que se estaban realizando en la cercana localidad
de Folsom, escribió una carta al Instituto Smithsoniano sobre una serie de
huesos que había encontrado en la aldea de Clovis, Nuevo México. En 1932,
una excavación realizada por un equipo dirigido por Edgar Billings
Howard, de la Universidad de Pensilvania,
confirmó que se trataba de un asentamiento indígena durante el Pleistoceno y
verificó el tipo especial de punta de flecha que sería conocida como «punta
Clovis». Al ser descubierta la datación por carbono 14, en 1949,
el método fue aplicado en los yacimientos de Clovis, resultando en antigüedades
que oscilaban entre el año 12.900 AP y 13.500 AP.La datación por radiocarbono fue
establecida en 11.500 a 10.900 años antes del presente y revisada luego a
11.050 a 10.800 AP.
Desde la década de 1930 y, sobre todo, desde la confirmación
de las fechas por el método del carbono 14, la comunidad científica
norteamericana organizada alrededor del Instituto Smithsoniano aceptó que la Cultura Clovis era la más antigua de América y que estaba
directamente relacionada con la llegada de los primeros hombres. Esto se
conoció como Consenso Clovis y tuvo gran aceptación mundial
hasta fines del siglo XX. El Consenso Clovis fue la base de la teoría del poblamiento tardío de
América
Hrdlička y la teoría del ingreso desde Siberia
cruzando el estrecho de Bering
En 1937, Aleš Hrdlička, retomando un argumento de Samuel Haven,sostuvo que el ser humano había ingresado a
América por Alaska, proveniente de Siberia, Asia, cruzando el estrecho de Bering. Algunas
publicaciones le atribuyen erróneamente a Hrdlička haber postulado la teoría
más moderna, aquella que señala que el hombre cruzó caminando por una zona
llamada Puente de Beringia formado
a raíz del descenso del nivel de las aguas del Estrecho de Bering, durante el
último período glacial.
Si bien Hrdlička nunca se pronunció expresamente sobre la fecha de llegada
del hombre al continente americano, rechazó sistemáticamente las pruebas que
proponían la existencia de paleoindios y sostenía que, a diferencia de Europa, no existían rastros en América que permitieran hablar
de presencia humana durante el Pleistoceno (1,8 millones de años adP - 10.000 años adP),
en tiempos de la última glaciación. De hecho, Hrdlička consentía la creencia
del Instituto Smithsoniano, representada por William Henry
Holmes, que sostenía que los primeros habitantes de América habían
ingresado en un pasado reciente, imprecisamente estimada en unos pocos siglos.
Teoría del
poblamiento por el Puente de Bering, el corredor libre de hielo y el Consenso
Clovis
Evolución del Puente de Beringia.
Del poblamiento de América según el Consenso de Clovis.
Se encuentra plenamente probado que durante la última glaciación, la Glaciación de Würm o Wisconsin,
la concentración de hielo en los continentes hizo descender el nivel de los
océanos en unos 120 metros. Este descenso hizo que en varios puntos del planeta
se crearan conexiones terrestres, como por ejemplo Australia-Tasmania con Nueva Guinea; Filipinas e Indonesia; Japón y Corea.
Uno de esos lugares fue Beringia, nombre que recibe la región que comparten Asia y
América, en la zona en que ambos continentes están en contacto. Debido a que el Estrecho de Bering, que
separa Asia de América, tiene una profundidad de entre 30 y 50 metros, el
descenso de las aguas dejó al descubierto un amplio territorio que alcanzó 1500
kilómetros de ancho uniendo las tierras de Siberia y Alaska, hace
aproximadamente 40.000 años.
"Existía en ese entonces un puente terrestre entre Asia y Alaska, que apareció cuando los glaciares del último período
glaciar estaban en su máximo, aprisionando millones de kilómetros de
precipitación que normalmente habrían ido a los océanos. La falta de esa agua
redujo el nivel del mar de Bering más de 90 metros,
bastantes para convertir los bajos del estrecho en un puente de tierra que unía
los dos continentes".
Su primera formación sucedió aproximadamente 40.000 años AP manteniéndose
unos 4.000 años. Su segunda formación se produjo aproximadamente 25.000 años AP
permaneciendo hasta aproximadamente 11.000-10.500 AP (Scott A. Elias), cuando volvieron a subir las aguas al final
de la glaciación, inundando gran parte del territorio y separando Asia de
América por el Estrecho de Bering.
El dato más importante para establecer una teoría migratoria durante la
última glaciación es el hecho de que Canadá estaba completamente cubierta de hielo durante la
última glaciación, invadida por dos gigantescas placas: la Placa de Hielo
Laurentina y la Placa de Hielo de la Cordillera. Esto hacía imposible la
entrada al continente más allá de Beringia.
Apareció entonces la teoría del «corredor libre de hielo» (ice-free
corridor, en inglés). Según esta teoría, en los instantes finales de la
última glaciación, comenzaron a derretirse los bordes en contacto de las dos
grandes placas de hielo que cubrían Canadá, abriendo un corredor libre
de hielo de unos 25 km de ancho, que seguía, primero el valle del río Yukón y luego el borde este de las Montañas Rocallosas por
el corredor del río Mackenzie. Los científicos que sostienen la teoría estiman
que esto ocurrió en el 14.000 años AP,aunque otros cuestionan la fecha y afirman que
no pudo haber sucedido hasta 11.000 años AP, invalidando así la posibilidad que
quienes originaron las culturas de Folsom y Clovis usaran esa ruta, ya que
estas ya existían en esta última fecha. Una vez abierto el corredor, los seres humanos
que estaban en Beringia pudieron avanzar hacia el interior de América y
dirigirse al sur. La teoría ha sido ampliamente aceptada como parte integrante
del Consenso de Clovis, pero
no hay evidencias directas que prueben el paso de seres humanos por ese
corredor.
El primero en proponer la posibilidad de ese corredor fue el geólogo
canadiense W.A. Johnston en
1933, y quien acuñó el término «corredor libre de hielo» fue Ernst Antevs, en
1935. A partir de esos datos cronológicos, se
desarrolló entonces una teoría migratoria sosteniendo que las tribus asiáticas
que habían penetrado en Beringia, permanecieron allí varios miles de años hasta
que, poco antes de finalizar la última glaciación (10.000 AP) y de que el
Puente de Beringia se inundara, se formara un estrecho corredor libre de hielo
que les permitió dirigirse al sur.
Esta teoría se articuló con los descubrimientos de la cultura Clovis que
databan del año 13.500 AP para
concluir que había sido integrada por los primeros migrantes que ingresaron por
el Puente de Beringia, de la que a su vez habrían descendido todas las demás
culturas indoamericanas. El primero en componer un posible modelo migratorio de
asiáticos hacia América a través de Beringia fue Caleb Vance
Haynes en un artículo publicado en la revista Science en 1964. Esta explicación, conocida actualmente como teoría del poblamiento tardío o
«consenso Clovis», fue aceptada en forma generalizada durante la mayor
parte de la segunda mitad del siglo XX.
Más recientemente se ha fortalecido la posibilidad de que los pobladores de
América provenientes de Beringia utilizaran una ruta alternativa hacia el sur
bordeando la costa. Debido al descenso del nivel del océano esa
posible ruta se encontraba al oeste de la actual costa norteamericana y en el
presente está cubierta por las aguas del océano Pacífico,
complicando los estudios arqueológicos. En un reciente estudio submarino se
encontró una herramienta de piedra de una antigüedad de 10.000 años AP a una
profundidad de 53 metros.
La crisis
del Consenso Clovis
A partir de las últimas décadas del siglo XX, las teorías combinadas que
constituyen el consenso de Clovis o teoría del poblamiento tardío —antigüedad,
lugar de ingreso, rutas migratorias, etc.— entraron en crisis. En primer lugar,
se ha cuestionado la antigüedad de la llegada del hombre a América. La postura Clovis
first sostiene que la misma no pudo ser mayor a 14000 AP y que clovis fue la primera cultura americana. Esta postura es
congruente con las glaciaciones periódicas, pues antes de esa época, Canadá
estaba cubierto por hielo y era imposible toda circulación desde el puente de Beringia hacia el sur.
Alex Krieger propuso desde 1956 y documentó desde 1964 la
existencia de poblaciones americanas anteriores a la cultura Clovis, que no fabricaron las puntas de proyectil
características de Clovis. Su teoría basada en sus visitas a importantes
sitios arqueológicos en México y América del Sur, puede
considerarse precursora de la actual teoría del poblamiento temprano de
las Américas.
Aunque cada vez existen más evidencias incontrastables de presencia humana
en América anterior a 14.000 AP, la mayor parte de ellas habían sido
descartadas por la comunidad científica y
por los defensores de la teoría del poblamiento tardío, al considerar
«inconsistentes» los hallazgos, o argumentando contaminación de los yacimientos
por factores extrahumanos –como en el caso de los descubrimientos de Lorena Mirambell en Tlapacoya (México) o Niède Guidon en Pedra Furada (Brasil)–.
Sin embargo, en contraste con la encontrada en estos yacimientos
arqueológicos mencionados anteriormente, la evidencia descubierta en el
yacimiento de Monte Verde (Chile)
por Tom Dillehay actualmente es
incontrovertible, al ser fechado oficialmente uno de los yacimientos
investigados en 14.800 años adP (Monte
Verde I). Esta fecha fue aceptada por la comunidad
científica en 1997, cuando Monte Verde fue visitado por una delegación de
los más importantes investigadores del mundo, entre los que se encontraba Calbot Vance
Haynes, el más importante defensor de la teoría del poblamiento
tardío. La delegación concluyó, aunque con algunas reticencias, que Monte Verde
I es real. Por su antigüedad mayor al año tope del consenso Clovis, su
ubicación en el otro extremo del continente, y la ausencia de similitudes con
la cultura Clovis, el reconocimiento generalizado de Monte Verde ha supuesto el
fin de la teoría del poblamiento tardío como teoría hegemónica en la
arqueología del poblamiento de América y ha demostrado la verosimilitud de la
datación del yacimiento nortemaricano de Meadowcroft Rockshelter de
más de 16 mil años.
Por otra parte, una investigación de la Universidad de Copenhague publicada
en 2016, sugiere que el llamado corredor libre de hielo se convirtió en
habitable por los humanos sólo hace 12.600 años, esto es casi 1.000 años
después de la formación de la cultura Clovis, lo que significa que los primeros
americanos no pudieron penetrar al continente desde Alaska por el corredor
libre de hielo canadiense, sino que tanto los grupos que desarrollaron la
cultura Clovis, como también las culturas pre-Clovis, tomaron la ruta costera
del Pacífico.
Simultáneamente, se han producido otros hallazgos arqueológicos, genéticos,
lingüísticos y geológicos que han abierto múltiples teorías y complejas
combinaciones sobre el verdadero origen, momento de llegada y rutas seguidas
para el poblamiento de América.
Nuevas teorías, nuevos hallazgos y nuevos estudios
El actual debate sobre la llegada del hombre a América se caracteriza por
el apasionamiento que muestran los científicos, la variedad de teorías y
subteorías, los resultados contradictorios, la cantidad de estudios y contra
estudios y titulares llamativos en los periódicos. Para el público en general
se trata de un cuadro de gran confusión.
Las investigaciones genéticas
Artículo principal: Historia
genética de los indígenas de América
Desde la década de 1980, la investigación genética del investigador Goicoche Mendez ha
ido ocupando un papel cada vez más destacado en las ciencias sociales y, en
particular, en las investigaciones sobre población y ascendencias, disciplina
que lleva el nombre de arqueología o antropología
genética. Los genetistas utilizan el ADN mitocondrial (ADNmt) para seguir el linaje femenino y
el cromosoma Y (ADN-Y) para seguir el linaje masculino.
Flechas prehistóricas amerindias, conservadas en Washington.
- En 1981, se estableció el mapa del ADN mitocondrial y, en 1990, Douglas C.
Wallace determinó que el 96,9% de los indígenas de América
estaban agrupados en cuatro haplogrupos mitocondriales (A, B, C, y D), lo que
significa una notable homogeneidad genética.
- En 1994, James Neel y
Douglas C. Wallace establecieron un método para calcular la velocidad con
que cambia el ADN mitocondrial. Ese método permitió fechar el origen del Homo sapiens, la famosa Eva mitocondrial,
entre 100.000 y 200.000 años AP y la salida de África entre 75.000 y 85.000 años atrás. Aplicando
este método, Neel y Wallace estimaron en 1994 que el primer grupo humano
en ingresar a América lo hizo entre 22.414 y 29.545 años.
- En 1997, los brasileños Sandro L.
Bonatto y Francisco
M. Salzano aplicaron el método sobre el haplogrupo A, casi
completamente ausente de Siberia, y obtuvieron resultados que van de 33.000 a
43.000 años AP. Estos científicos sostienen que durante
miles de años se estableció una gran población en el Puente de Beringia
donde se diferenciaron genéticamente, y que es de esa población de la que
provienen los primeros migrantes hacia América.
- El genetista
argentino Néstor
Oscar Bianchi analizó la herencia paterna en comunidades
indígenas sudamericanas y concluyó que hasta el 90% de los amerindios
actuales derivan de un único linaje paterno fundador que denominó DYS199T y que
colonizó América desde Asia a través de Beringia hace unos 22.000 años.
- Más
recientemente, el genetista estadounidense Andrew
Merriwether, de la Binghamton University, quien perteneciera al
equipo de Wallace, sostuvo que la evidencia genética sugiere que América
fue poblada mediante una sola población proveniente de Mongolia, como sostenía Aleš Hrdlička. La
razón de esto es que en Siberia los haplogrupos A y B casi no se
encuentran presentes, mientras que en Mongolia se encuentran los cuatro
principales haplogrupos indoamericanos (A, B, C y D), salvo el X.
Merriwether destaca que los 4 haplogrupos se encuentran presentes en toda
América, pero que dentro de ellos pueden localizarse mutaciones genéticas
diferentes, según se trate de indígenas de Sudamérica o Norteamérica. Esto sugeriría que, una vez ingresados a
América, algunos grupos migraron rápidamente hacia Sudamérica, mientras que
otros poblaron Norteamérica y Centroamérica. A su vez, las mutaciones genéticas muestran
migraciones entre Sudamérica y el sur de Centroamérica (Panamá y Costa Rica),
pero no más allá.
En 2006, el equipo de Merriwether se encontraba estudiando si las
poblaciones modernas de amerindios eran descendientes de los pueblos antiguos
que vivían en esos mismos lugares o se trataba de nuevas migraciones que
reemplazaron culturas más antiguas.
- En 2007, un
grupo de genetistas estimó que la salida de Beringia debió producirse
siguiendo la ruta costera del Pacífico, en un periodo que inicia hace
~19–18 mil años y termina hace ~16–15 mil años (i.e., hacia el final del
último máximo glacial).
- En 2009, otro
equipo de investigadores le dio al poblamiento de América una antigüedad
de 15.000 años, basados en cálculos según el reloj mitocondrial aplicado a
los linajes mitocondriales.
- En 2013 se
publicó un estudio donde sus autores defienden que la población nativa
americana desciende de ancestros tanto del este asiático como de la zona
euroasiática. Se fundamentan en la secuenciación del genoma de un
individuo siberiano del paleolítico alto que posee características comunes
con la población nativa americana y que habría migrado a través de Asia
mezclándose con poblaciones de esta zona y llegando a América por el
estrecho de Bering.
- En 2014, el
análisis del ADN mitocondrial del
esqueleto de Naia, datado en
12.900 años A.P., encontrado en México, un sistema de cuevas submarinas de Tulum demostró
un vínculo genético entre los paleoamericanos y los modernos nativos americanos ya
que encontró que Naia tenía el hablogrupo D1,
exclusivo de los actuales amerindios, especialmente de América del Sur. Los investigadores consideran que su
hallazgo es una prueba de que los primeros pobladores de América llegaron
provenientes de Siberia.
- También en
2014, un estudio del ADN de los restos humanos de un niño de la época
Clovis denominados: Anzick-1 probó que estos restos
están estrechamente relacionado con grupos de nativos americanos de
América Central y del Sur, pero no con las migraciones posteriores de
grupos de Canadá y el Ártico. Este estudio apoya lo que los arqueólogos
han sostenido durante mucho tiempo, que América fue colonizada en varias
oleadas de poblaciones que cruzaron el estrecho de Bering desde Asia,
siendo el más reciente el de Ártico y grupos canadienses. Se demuestra, a
su vez, que no hay conexión genética con los pobladores europeos del
Paleolítico superior, de forma que este estudio se presta como un fuerte
apoyo para el origen asiático de la colonización americana.
La antigüedad
La antigüedad del hombre en América está sometida a gran controversia
científica. La fecha más tardía es la que sostienen los defensores de la teoría
del poblamiento tardío y está relacionada con la Cultura Clovis, que ha
establecido sin dudas una presencia humana hace 13.500 años. Los
defensores de esta teoría sostienen que la fecha de ingreso al continente no
pudo ser posterior al 14.000 AP porque fue en ese momento cuando se abrió el
corredor libre siguiendo el río Mackenzie a través del actual territorio canadiense.
Esta hipótesis ha sido definitivamente desmentida por la datación de Monte Verde I (Chile), de 14.800 años. A partir de ese piso diversas investigaciones
científicas han propuesto fechas muy diferentes, las cuales, sin embargo, se
encuentran bajo una fuerte controversia por no presentar evidencia sólida:
- 33.000 años (Monte Verde II-Chile; Bonatto-Salzano, 1997)
- 40.000 años (Cuenca del Valsequillo, México)
- 48.000 años
(Montalvania, Brasil -Shigueo Watanabe)
- 50.000 años (Topper-EEUU)
- 60.000 años (Cave-EEUU)
- 60.000 años (Pedra Furada-Brasil).
La fecha más antigua propuesta hasta el momento ha sido publicada por los
científicos brasileños Maria da Conceição de M. C. Beltrão, Jacques Abulafia
Danon y Francisco Antônio de Moraes Accioli Doria, que sostienen haber hallado
algunas herramientas de cuarcita en el yacimiento de Toca da Esperança,
un "chopper", un guijarro con marcas de
golpes y una lasca, que fueron datadas en 295.000 a 204.000 años de antigüedad,
lo que indicaría presencia humana anterior al homo sapiens.En Calico, cerca de Barstow (California),
fueron hallados cerca de 4.000 cantos y lascas de silex presuntamente
tallados y 6.000 lascas desecho, con dataciones por diferentes métodos que
oscila entre los 135.000 y 202.000 años,aunque se ha generado un fuerte debate entre
quienes consideran que el material es producto de la mano del hombre45 y quienes creen que son geofactos resultado de meros accidentes de la naturaleza.
En Old Crow, en el extremo noroccidental de Canadá, se encontraron, un hueso de bisonte con una marca de corte producida por humanos, que
data de hace 72.000 años, así como otros huesos con presuntas marcas de corte,
en un estrato datado en más de 300.000 años.Para Maria Beltrão y Rhoneds Aldora Perez, fue
posible un poblamiento humano en América anterior al H. sapiens,
hace más del 300.000 años durante la glaciación illinoiense,
realizado por alguna variante del H. erectus, con una industria
lítica de cantos y lascas. Sin embargo, no se han encontrado fósiles
humanos ni aportado otras pruebas que confirmen aquello.
¿América del Sur primero?
Uno de los elementos que ha llamado la atención de algunos investigadores
es la profusión de yacimientos de gran antigüedad en Sudamérica y la escasa
cantidad de los mismos en Norteamérica. El dato es llamativo, entre otras
cosas, porque Estados Unidos y Canadá han dedicado grandes recursos a
investigar los yacimientos arqueológicos, a diferencia de lo que sucede en el
sur. No es probable que los yacimientos más antiguos del norte hayan quedado
sin descubrir. El dato es llamativo porque, si América fue poblada desde
Siberia, los yacimientos más antiguos deberían hallarse en el norte.
Adicionalmente, algunos estudios han detectado entre los paleoindios
sudamericanos y norteamericanos diferencias de consideración en genes y fenotipos: aquellos con rasgos más australoides, estos con rasgos más mongoloides. Estos elementos han causado una creciente
adhesión de algunos investigadores a la hipótesis de un poblamiento autónomo de
América del Sur, no proveniente de Norteamérica. Esta hipótesis se relaciona
estrechamente con la teoría del ingreso por la Antártida desde Australia.
Otras teorías, otras rutas posibles propuestas
Otras teorías sugieren también otras rutas de migración del hombre hacia
América; estas probables rutas alternas son:
- Península de Kamchatka (Siberia)-islas Aleutianas (océano Pacífico)-Península de Alaska (Alaska)-Archipiélago Alexander-Isla de Vancouver.
Procedencia asiática. Habrían utilizado embarcaciones muy primitivas para
el transporte y viaje.
- Oceanía-Antártida-América del Sur.
También habrían utilizado balsas. El antropólogo portugués A. Mendes Correia, quien sostuvo esta hipótesis en 1928, descartó otras rutas de migración.
- Melanesia-Polinesia-América. También habrían utilizado balsas primitivas. El
antropólogo francés Paul Rivet, quien planteó esta teoría en 1943, dijo que el hombre americano es de origen
multirracial, por lo que no negaba otra ruta de inmigración. Esto fue
contrario a los planteamientos de Aleš Hrdlička y Mendes Correia, quienes
sostenían que la procedencia era de una sola raza.
- Europa-Océano Atlántico-América. Remy Cottevieille-Giraudet documentó entre 1928
y 1931 la hipótesis del origen europeo (Cro-Magnon) de los
"pieles rojas" (algonquinos). En 1963, Emerson Greenman planteó la ruta
hipotética de la migración europea a América durante el paleolítico
superior y el origen europeo de los beotucos de Terranova. Bruce Bradley
y Dennis Stanford replantearon en 1999 la existencia de esa migración
basados en las similitudes entre la industria lítica solutrense, y la Cultura Clovis, refrendados en las investigaciones
de ADN mitocondrial realizadas
por Michael Brown. La
teoría, conocida como la Solución solutrense, supone que
antiguos habitantes de Europa Occidental navegaron por el Atlántico de la
era glacial, desplazándose entre los hielos flotantes, de manera parecida
a la de los esquimales, hasta alcanzar la costa
occidental de América del Norte.
- En 1950, el español radicado en Argentina Salvador Canals Frau propuso
la hipótesis de cuatro grandes corrientes pobladoras: a pie por Beringia, navegando en canoas por las Islas Aleutianas,
navegando a través del océano Pacífico para
desembarcar en Mesoamérica y navegando a través del océano Pacífico
para desembarcar en Sudamérica.50
- Migración seguida de extinción: Bien podrían haber
ocurrido una o varias migraciones hace 40.000 años o aún más antiguas, que
hubieran dejado trazas aisladas de esta presencia, pero con el resultado
de que esos grupos se hubieran luego extinguido antes o contemporáneamente
a oleadas humanas posteriores. Respecto de esta razonable hipótesis no
existen confirmaciones concluyentes, aunque ciertamente ello en cierto
sentido permitiría compatibilizar la diversidad de teorías hasta ahora
manejadas.
Algunas
conclusiones provisionales
Más allá de los debates en marcha y la gran cantidad de preguntas y
contradicciones que se presentan en el debate científico actual es posible
realizar algunas conclusiones precarias:
- Es altamente
probable que el hombre americano primitivo proceda del continente
asiático, especialmente de las estepas siberianas o de la región del Sudeste asiático. Las
semejanzas entre grupos poblacionales asiáticos de esas regiones y la
mayoría de los aborígenes americanos ha sido objeto de análisis. De todos
modos el hecho de que las dataciones de máxima antigüedad que cuentan con
consenso de la comunidad científica, Clovis (EEUU, 12.900-13.500 AP) y Monte Verde (Chile, 14.500 AP), se encuentren
simultáneamente en América del Norte y
en el extremo sur de América del Sur impide
sacar una conclusión definitiva sobre este punto. Sin embargo, estas
fechas son aún muy recientes frente a otras fechas datadas en diversos
lugares de América, que aún no cuentan con el consenso de la comunidad
científica. Habrá que esperar que estos estudios se consoliden. Por ejemplo,
entre las numerosas cavernas del nordeste de Brasil se encuentra una conocida como Toca
do Boqueirāo da Pedra Furada, la
cual cuenta con numerosas evidencias de asentamiento primitivo como
instrumentos líticos. Sin embargo, se encontraron otros artefactos en cuarzo que son datados de hace 40.000 años.
Semejante observación no es aceptada fácilmente por otros estudiosos que
dicen que los cuarzos difícilmente tienen formas definidas que puedan ser
consideradas manufactura y que no tiene sentido que los supuestos
habitantes de la caverna hubiesen preferido el cuarzo a la piedra
abundante del lugar. Las objeciones no restan los misterios que abre Pedra
Furada y las excavaciones continúan. Pero aún más al sur, en Chile, las excavaciones de Tom Dillehay y otros muchos
arqueólogos en Monte Verde revelan restos de comida e instrumentos que se
datan de hace 12.000 e incluso 30.000 años. También Monte Verde es contestado por muchos como una de las
más antiguas evidencias humanas en América, pero son más contundentes que las que existen en
el hemisferio boreal del continente.
- Las culturas
prehistóricas y las civilizaciones de América se desarrollaron de manera
aislada al resto del planeta.
- La Revolución Neolítica americana
es original y carece de toda relación con la que se produjo en la Mesopotamia asiática.
- El Puente de Beringia desapareció
hace 11.000 años (Scott A. Elias ) y, con la excepción de los esquimales, que mantuvieron ininterrumpidamente contactos
comerciales marítimos de verano entre Siberia y Alaska, y con Groenlandia, no hay pruebas contundentes que permitan
concluir definitivamente que los pueblos amerindios mantuvieron contactos con
pueblos de otros continentes. Sin embargo, está plenamente
probado que en 982 los vikingos comenzaron la exploración de Groenlandia y Canadá y, establecieron una aldea en L'Anse aux Meadows (Terranova); pero su penetración en el continente no fue
significativa. Los científicos debaten varias evidencias del contacto de
los polinesios con los indígenas
americanos. Otras hipótesis, como la llegada de los fenicios, egipcios, griegos, hebreos, chinos y japoneses gracias a sus habilidades marítimas,
siguen siendo hipótesis de difícil demostración. Menos pruebas hay aún de
una eventual presencia de amerindios en los demás continentes.
El encuentro de dos mundos
Pasan 10 a 15 generaciones y los hombres primitivos se asientan en
territorio americano. Fueron estimulados por los abundantes recursos que iban
encontrando cuantas más tierras conocían y, cuando el peregrinaje iba avanzando
cada vez más al sur, hallaban mejores condiciones climáticas y mayores
facilidades para la caza. Por otra parte, las condiciones en el "puente de
Beringia" habían cambiado. Se había hecho más pantanoso, por lo que su aventura fue un viaje sin retorno.
Tiempo que duró el poblamiento
En el extremo sur de Chile, en la cueva Fell, se han encontrado herramientas y restos caza, de
hace unos 11.000 años. Si como fecha más temprana del inicio del poblamiento se
consideran 36000 años atrás y como fecha más tardía, 15000 años, el poblamiento
entre Alaska y la isla de Tierra del Fuego puede
haber tardado a lo más 25000 años y a lo menos 4000 años.
Ruta y cronología del primitivo poblamiento
Muchas bandas siguieron la ruta norte-sur, por el lado occidental del
continente, por las vertientes de las cordilleras y los valles intramontanos.
Se han encontrado huellas humanas de avances en:
- Topper (Carolina del Sur, Estados Unidos). Restos humanos fechados hacia el año
50.000 antes del presente (AP).
- Pedra Furada (Piauí, Brasil). Restos humanos fechados
hacia el año 50.000 AP.
- La Toca (Brasil).
Restos humanos fechados hacia el año 45.000 AP.
- American Falls (Estados Unidos). Restos fechados
hacia el año 43.000 antes del presente.
- Cuenca del Valsequillo (México). Huellas humanas fechadas hacia el año 40.000
antes del presente.54 55 56
- Lewisville (Texas, Estados Unidos), con fechas de 37.000 años antes
del presente.
- Monte Verde II (Puerto Montt, Chile). Restos de 33.000 años.
- El Cedral (SLP, México). Restos
humanos y artefactos líticos con una antigüedad de 31.000 años.
- Tequixquiac (Méx, México). Hueso sacro de Tequixquiac de
hace 22.000 años.
- Tlapacoya (Méx, México). Navaja
de obsidiana de hace 21.000 años.
- Meadowcroft Rockshelter (58
km de Pittsburgh, Estados Unidos) 16.000 a 19.000 años.
- Paccaicasa (Ayacucho, Perú). Puntas de proyectil, raspadores, cuchillos; de
17.000 años, aproximadamente. El antropólogo Mc Neish opina que estos
inmigrantes llegaron a los Andes peruanos hace 22.000 años.
- Monte Verde I (Puerto Montt, Chile). Restos de
14.800 años.
- Cavernas de Tulum (Tulum, Mexico). Cuatro esqueletos humanos, 14.500, 12.000
y 10.000 años.
- El Muaco y El Jobo (Venezuela). Industria lítica muy tosca, de 14.000 y 12.000 años.
- El Guitarrero (Ancash, Perú). Industria lítica de lascas, una punta de proyectil
y un cuchillo; ambas bifaciales, de hace 13.000 años.
- Piedra Museo (Santa Cruz, Argentina). Restos de 13.000 años.
- Mujer del Peñón (Peñón de los Baños,
México). Restos de 13.000 años.
- Quebrada Maní (Desierto de Atacama,
Chile). Asentamiento de 12.790 años.
- El Abra (Zipaquirá, Colombia). Instrumentos líticos, asociados con huesos de
animales y fragmentos de carbón vegetal de 12.400 años.
- Chivateros (Callao,
Perú). Industria lítica para labores de recolección, de hace 12.000 años.
- Los Toldos (Santa
Cruz, Argentina). Restos de caza y
recolección de hace 12.000 años.
- Lagoa Santa (Brasil). Restos fósiles de hace 12.000
años
- Lapa
Vermelha (Brasil) cráneo y esqueleto de Luzia, de hace 11.400 años.
- Gruta Pedra Pintada (Pará, Brasil). Pinturas rupestres e industria lítica fechadas
hacia el año 11.310 adP.
- Clovis. Restos de caza y recolección de hace 11.050 años.
- Cueva Fell (Tierra del
Fuego, Chile). Restos datados entre 10.000 y 11.000 años.
- Paiján (La Libertad,
Perú). Esqueletos humanos de hace 10.000 años.
- Las Vegas. Península de Santa Elena. Ecuador. Cementerio con 200 enterramientos diferentes
fechados en el 10.000 a. C. y vestigios del cultivo del zapallo
en el 7.000 a. C.
- Lauricocha (Huánuco, Perú).
Industria lítica, fósiles de animales, plantas y esqueletos humanos y pinturas rupestres de
hace 10.000 años.
- Toquepala (Tacna, Perú).
Pinturas rupestres de hace 9.000 años.
- Cueva de las Manos (Santa
Cruz, Argentina). Pinturas rupestres de hace 9.300 años.
- Yacimientos
Arqueológicos "Monte Hermoso I" y "Las Ollas", Monte
Hermoso, Pcia. Buenos Aires, Argentina. Pisadas humanas y herramientas
líticas. Hace aprox. 7000 años
- Intihuasi (Argentina). Restos precerámicos de hace
6.000 años.
VÍDEO DEL POBLAMIENTO DE AMÉRICA
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